miércoles, 25 de junio de 2014

Ciencias Sociales: La psicología y los trastornos mentales

En esta fase se nos evaluó en psicología con los trastornos mentales, haciéndonos presentar una evaluación oral sobre los trastornos, una revisión de libreta sobre lo copiado en clase y un álbum con como mínimo diez trastornos mentales. Os pasaré a detallar el qué es esto. 


Los trastornos o enfermedades mentales son alteraciones de los procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, consideradas como anormales con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo. Se puede tratar de alteraciones en el razonamiento, el comportamiento, la facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las condiciones de la vida.

Estos son afecciones o síndromes psíquicos y de comportamiento, radicalmente opuestos a los propios de los individuos que gozan de buena salud mental. En general, son causa de angustia y deterioro en importantes áreas del funcionamiento psíquico, afectando al equilibrio emocional, al rendimiento intelectual y al comportamiento social adaptativo. Se han descrito a través de la historia y en todas las culturas, pese a la vaguedad y dificultades de definición de este tipo de trastornos.


Dependiendo del concepto de enfermedad que se utilice, algunos autores consideran más adecuado utilizar en el campo de la salud mental el término "trastorno mental". Sobre todo en aquellos casos en los que la etiología biológica no está claramente demostrada, como sucede en la mayoría de los trastornos mentales. Además, el término "enfermedad mental" puede asociarse a estigmatización social. Por estas razones, este término está en desuso y se usa más trastorno mental, o psicopatología.

El concepto enfermedad mental aglutina un buen número de patologías de muy diversa índole, por lo que es muy difícil de definir de una forma unitaria y hay que hablar de cada enfermedad o trastorno de forma particular e incluso individualizada ya que cada persona puede sufrirlas con síntomas algo diferentes.


Debido a su naturaleza única y diferenciada de otras enfermedades, están determinados multifactorialemente, integrando elementos de origen ambiental, familiar, psicosocial y psicológico, teniendo todos estos factores un peso no sólo en la presentación de la enfermedad, sino también en su fenomenología, en su desarrollo evolutivo, tratamiento, pronóstico y posibilidades de rehabilitación.

La mayoría de los trastornos psiquiátricos presentan una etiología desconocida, es decir, no se conoce el origen que da lugar al trastorno. Existen evidencias que confirman la implicación de factores genéticos en estos trastornos, en concreto en cinco de los trastornos psiquiátricos más comunes: esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno depresivo mayor, trastorno de autismo y trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

El Estudio de asociación del genoma completo (GWAS) ha permitido la identificación de variantes en genes de pacientes, ausentes en individuos sanos. Estos datos han hecho posible estimar la varianza total explicada por SNP a través de las relaciones genéticas entre los casos afectados y los controles.

Los datos fueron obtenidos por Cross-Disorder Group of the Psychiatric Genomics Consortium  y demuestran la existencia de heredabilidad de dichos trastornos. Además ha demostrado la correlación genética positiva que existe entre ellos, es decir, los casos de un trastorno muestran mayor similitud con el otro trastorno que con sus propios controles.


  • Heredabilidad de los trastornos: Mediante el cálculo de la varianza total observada de un genotipo se obtienen los datos de la heredabilidad mediante un método univariacional. En el caso de los cinco trastornos mencionados anteriormente se demostró que en todos los casos presentan valores positivos de heredabilidad, por lo que se concluye que dichos trastornos son heredables.
  • Co-heredabilidad entre trastornos: Mediante el cálculo de la correlación genética explicada por SNPs entre casos y control obtenidos independientemente de 2 tipos de trastornos se obtienen los datos de co-heredabilidad mediante un análisis bivariacional. Estos datos reflejaron evidencias empíricas de que los cinco trastornos presentan una etiología genética compartida. Las parejas de trastornos que presentan un mayor valor de etiología compartida son: esquizofrenia-trastorno bipolar; esquizofrenia-trastorno depresivo mayor y trastorno bipolar-trastorno depresivo mayor. Es importante destacar que a pesar de que los trastornos de autismo y trastornos por déficit de atención con hiperactividad se diagnostican antes de la infancia, y los demás se diagnostican después de la niñez, comparten variantes genéticas comunes.

La división de los trastornos mentales en clases es todavía inexacta, y las clasificaciones varían según las escuelas y doctrinas psicopatológicas. Para uniformar criterios, la Organización Mundial de la Salud (OMS), creó la DSM, clasificación de los trastornos mentales universal, que ha conocido hasta la fecha varias versiones.

  • Trastornos del Espectro Autista: Los genes, otras condiciones médicas y el medio ambiente pueden colocar a ciertos niños en situación de riesgo de padecer los llamados trastornos del espectro autista, más comunes en los niños que en las niñas. Los trastornos del espectro autista comienzan cuando los niños son muy jóvenes y es difícil de diagnosticar debido a que no existe una prueba médica o de sangre para confirmarlo. Del mismo modo, no existe una cura. Sin embargo, la detección e intervención temprana con terapia conductual y educativa que se basa en los desafíos individuales del niño es bastante efectiva.
  • Esquizofrenia: Imagínate que escuchases voces que otras personas no oyen y que invaden tus pensamientos conspirando para que hagas algún tipo de daño. Para una persona con esquizofrenia, estas experiencias incontrolables pueden ser incapacitantes. La esquizofrenia, una misteriosa enfermedad que por lo general se presenta en personas de 16 a 30 años, afecta a hombres y mujeres por igual. La causa se desconoce, por lo que los médicos tratan de controlar los síntomas de los pacientes con fármacos antipsicóticos y terapias psicosociales que enseñan mecanismos de supervivencia.

  • Trastorno Bipolar: El trastorno bipolar, englobado en los llamados trastornos del estado de ánimo, provoca en las personas que lo padecen emociones muy exageradas (son los llamados episodios maníacos) para después pasar a niveles anímicos peligrosamente bajos (depresión). Los extremos son tan drásticos que pueden dañar las relaciones sociales, provocando como resultado un bajo rendimiento en la escuela o el trabajo y con riesgo de suicidio. La mayoría de las personas con trastorno bipolar son diagnosticados a los 25 años, pero muchas veces esta enfermedad no es fácil de detectar. Dado que las pruebas de sangre y escáneres cerebrales no pueden detectar el trastorno bipolar, los profesionales de la salud mental se basan en la historia clínica del paciente. Las personas con trastorno bipolar pueden llevar una vida normal con un tratamiento adecuado que combine medicación y psicoterapia para controlar los síntomas y reducir el riesgo de futuros episodios.
  • Trastorno de pánico: El corazón late muy deprisa. Dificultad para respirar. Las náuseas y los mareos. Debilidad. Sudoración. Hormigueo manos. Dolores en el pecho. Sensaciones de sofoco. La pérdida de control. Terror.Los ataques de pánico son muy reales, es la manifestación física del miedo. Durante un ataque de pánico severo, podrías incluso creer que estás teniendo un ataque al corazón. Por otra parte, debido a que un ataque de estas características puede ocurrir en cualquier momento, existe el miedo adicional de no saber cuándo será el siguiente ataque. Está clasificado como un trastorno cuando se produce varias veces y es incapacitante. Muchas personas empiezan a tener ataques de pánico en la adolescencia o en el principio de la vida adulta. Este trastorno parece ser hereditario. Sin ayuda, las personas que sufren ataques de pánico pueden desarrollar agorafobia, miedo a los espacios abiertos. Las personas con agorafobia tienen un miedo intenso a situaciones o lugares de los que no pueden escapar. La buena noticia es que el trastorno de pánico es el trastorno de ansiedad más tratable. Los pacientes reciben una combinación de medicamentos y psicoterapia.
  • Trastornos de Ansiedad: Los trastornos de ansiedad engloban una serie de enfermedades mentales: El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una combinación de pensamientos recurrentes (obsesiones) y acciones repetitivas (compulsiones) que realiza una persona con la creencia de que el comportamiento le da el control de la obsesión. Por ejemplo, una mujer obsesionada con la limpieza puede sentir la necesidad de lavarse las manos una y otra vez. Algunas personas con TOC desarrollan rituales diarios muy complejos. Trastorno de estrés postraumático (TEPT) se produce después de una experiencia aterradora en la que la persona sintió la amenaza de daño físico o miedo, horror o impotencia. Trastorno de ansiedad generalizada (TAG). Las personas con TAG se preocupan demasiado por las preocupaciones cotidianas y, a menudo esperan desastres. Cuando su nivel de ansiedad se eleva, son un “manojo de nervios” y experimentan síntomas físicos tales como tensión muscular, sudoración, temblores y náuseas. Muchas personas que sufren de trastornos de ansiedad se auto medican con alcohol y drogas. Sin embargo, se debe buscar ayuda profesional porque, como el trastorno de pánico, los trastornos de ansiedad se pueden tratar con medicamentos y terapia.
  • Fobias: Las fobias también se engloban dentro de los trastornos de ansiedad. Las fobias pueden ser muy dispares, desde hablar en público hasta el pánico a las serpientes. Cuando estas fobias interrumpen sus actividades diarias empiezan a ser un problema. Un ejemplo sería la fobia social. Usualmente comienza en la adolescencia. Se convierte en un problema o trastorno cuando pasan días y semanas preocupándose por las relaciones sociales. Al igual que con el trastorno de pánico, la ansiedad social puede conducir a la agorafobia. La medicación y la terapia puede ayudar a aliviar la ansiedad y permitir que los pacientes puedan funcionar normalmente.
  • Déficit de Atención e Hiperactividad: ¿Te acuerdas del compañero de tu colegio que no podía quedarse quieto, siempre estaba hablando o interrumpiendo, se le olvidaba hacer la tarea y parecía perderlo todo? Lo más probable es que el niño sufría de trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDAH). El TDAH es un trastorno común en la niñez. Por lo general se diagnostica en niños muy activos que tienen dificultades para concentrarse y controlar su comportamiento. La genética pone algunos niños en situación de riesgo. Para diagnosticar y posteriormente tratar el TDAH, los profesionales médicos evalúan primero la salud física del niño para descartar otras enfermedades, como la mala visión o pérdida de audición. Las observaciones y los informes de los maestros y los miembros de la familia ayudan a un médico a establecer un diagnóstico y comenzar el tratamiento. Muchos niños reciben medicación y terapia conductual. La mayoría de los niños con TDAH superan o aprenden a manejar muchos de los síntomas. Sin embargo, algunos continúan teniendo este trastorno en su vida adulta, por lo que su vida personal y profesional resulta difícil de manejar.
  • Trastornos de la alimentación: Cuando una persona con anorexia se ve en el espejo, él o ella ve un reflejo de sobrepeso, no el cuerpo desnutrido que en realidad se refleja. La falta de alimentación y la obsesión con la comida puede llevar a la gente con anorexia a numerosos problemas de salud potencialmente mortales, como la desnutrición. La bulimia nerviosa se produce en aquellas personas que consumen grandes cantidades de comida y luego, lamentando su comportamiento y la falta de control, se purgan a base de vómitos, uso de laxantes, ayuno o ejercicio obsesivo. Los trastornos alimenticios se pueden tratar con tratamientos personalizados que ofrecen medicación, consejería nutricional y terapia individual y de grupo. 
  • Trastornos de la Personalidad: Los seres humanos tienen una colección de rasgos de la personalidad que se basan en nuestras experiencias e influyen en nuestra interacción social, nuestro comportamiento y forma de pensar. Estos rasgos están profundamente arraigados en nuestra cultura. Las personas con trastornos de la personalidad tienen rasgos de carácter muy rígidos que pueden afectar a su capacidad para funcionar en situaciones cotidianas. Entre los trastornos de personalidad más comunes se encuentran:
  • Trastorno de la personalidad antisocial: se refiere a aquellas personas que no siguen las reglas sociales y tienen poca consideración por los sentimientos de los demás. A menudo muestran un comportamiento criminal y no muestran remordimiento. Trastorno límite de personalidad: este trastorno hace que la gente sea inestable e impulsiva. Temen el abandono y tienen dificultades para mantener relaciones estables.El diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la personalidad es difícil porque hay muchos factores biológicos y ambientales que interfieren. Además, muchas personas que sufren algún tipo de trastorno de la personalidad suelen padecer algún otro tipo de trastorno mental, como los trastornos de ansiedad, el TDAH, la depresión y el trastorno bipolar.
  • Trastornos del estado de ánimo: Los estados de ánimo son emociones sostenidas, que colorean la manera de ver la vida. Cuando alguien tiene un trastorno del estado de ánimo, el panorama general no es color de rosa. Las personas con estos trastornos tienen estados de ánimo que van más allá de sentirse “tristes”. Los trastornos del estado de ánimo se pueden encontrar en todas las razas y clases sociales, pero son más comunes entre las personas solteras. Son los trastornos mentales más frecuentemente diagnosticados. Además del trastorno bipolar, los trastornos del estado de ánimo incluyen el trastorno depresivo mayor y el trastorno distímico. La depresión mayor se caracteriza por una tristeza profunda persistente. Los síntomas como la fatiga, falta de concentración, cambios en el apetito y pensamientos de suicidio interfieren con el funcionamiento diario. Las personas con distimia manifiestan síntomas menos severos pero más duraderos. Otras formas de depresión son la depresión posparto. La depresión es un trastorno cerebral causado muy probablemente por una combinación de factores genéticos, ambientales, biológicos y psicológicos. Afortunadamente, la depresión puede ser tratada y los mejores resultados se logran cuando el tratamiento se inicia tan pronto como se diagnostica la depresión. La mayoría de las personas con trastornos del estado de ánimo se benefician de los medicamentos antidepresivos y la psicoterapia. La clave para el éxito del tratamiento de los trastornos del estado de ánimo y la prevención de futuros episodios es continuar tomando los medicamentos y la búsqueda de ayuda.

Espero que os haya gustado la explicación sobre los trastornos mentales, además de los ejemplos colocados, pero de todas formas os dejaré un vídeo sobre algunos otros trastornos más para que tengáis más información:


Un gusto y saludos. 

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